Fanáticos

El problema no es la existencia de fanáticos, sino que se masifiquen.
El problema no son las posiciones extremas, sino que se masifiquen.
Las ideas llevadas a sus límites son buenas por más ridículas que parezcan. Porque en el borde del ridículo hay un nuevo límite que no se conocía; los límites se corren, entonces la frontera del conocimiento se expande, y con él nuestra realización humana y social. Sigue leyendo