Fanáticos

El problema no es la existencia de fanáticos, sino que se masifiquen.
El problema no son las posiciones extremas, sino que se masifiquen.
Las ideas llevadas a sus límites son buenas por más ridículas que parezcan. Porque en el borde del ridículo hay un nuevo límite que no se conocía; los límites se corren, entonces la frontera del conocimiento se expande, y con él nuestra realización humana y social.
Pero, la sociedad se cercena cuando cae en el extremo. Cuando en vez de haber uno o dos fanáticos, pasamos a ser todos esclavos de una porción de la realidad que se encuentra en un extremo. Un pueblo de frontera que sólo busca expandirse hacia el territorio más peliagudo y desconoce la belleza y complejidad del resto.

No vivamos en los extremos, pero tampoco los condenemos, porque para que nuestra matria social crezca necesitamos a estos locos exploradores que trascienden los límites, a veces autoimpuestos, a veces reales momentáneamente.

(texto escrito en 2010)

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